CADA GOTA CUENTA
¡Hola! Me alegro de que estéis aquí. Todavía no os lo he dicho, soy el responsable de la comisión del huerto y hoy me toca revisar la cosecha. ¿Me acompañáis?
Supongo que sabéis que me gusta llevar una alimentación sana y que me encanta comer fruta y verdura. Os confieso que uno de mis sueños es tener un huerto, pero vivo en un piso en la ciudad y tan solo tengo una ventana. Una vez se me ocurrió poner una planta de perejil en esa ventana, pero no crecía. El abuelo me dijo que era porque no le daba bastante el sol. Pero, claro, el abuelo tampoco entiende mucho de plantas, así que el día que pidieron voluntarios o voluntarias para cuidar el huerto del patio, fui el primero en levantar el brazo. ¡Y aquí me tenéis!
Recuerdo que aquel día hacía mucho calor y bromeé con Noa y Alex: les dije que iba a ducharme con la manguera de regar, pero, cuando llegué al huerto, descubrí que no había ninguna manguera. Como temían que malgastásemos el agua, instalaron un sistema de riego «gota a gota», que permite utilizar únicamente el agua que los cultivos necesitan para crecer.
Lucas, el maestro de Conocimiento del Medio, nos ha explicado que, aunque cada vez se aplican más técnicas para aprovechar el agua de riego, el 75 % del consumo de agua de todo el mundo se destina a la agricultura. A mí me ha parecido un porcentaje tan alto que, por un momento, me he planteado hacerme carnívoro. Pero, entonces, Lucas me ha explicado que el consumo de agua que requiere la producción de carne es mucho mayor que el que se necesita para cultivar frutas y verduras. Increíble, ¿verdad?
Pues, por lo visto, hay un concepto denominado agua virtual que indica la cantidad de agua que se necesita para producir cualquier cosa. Por ejemplo, para que crezca un tomate hacen falta 14 litros de agua (¡que ya me parecen muchos!), pero para producir una hamburguesa, la cifra llega a 2.400 litros. Esto no quiere decir que la vaca se pase el día bebiendo, sino que también se calcula la cantidad de agua que se usa para la higiene del animal y la que se necesita para cultivar lo que come.
¿Qué os parece? Es alucinante, ¿verdad? Pues todo esto lo aprendo mientras trabajo en el huerto. ¡Soy un healthy- pro! Y además… Mmm… ¡Esta fresa está buenísima! En teoría no puedo comer nada del huerto. No lo digáis a nadie, ¿vale?