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¿Vivir en un país rico es sinónimo de tener una infancia feliz?

No siempre. Ni ahora ni antes de la crisis de la COVID-19. Son muchos los factores que amenazan el bienestar de los niños y niñas. Es más, incluso viviendo en países acomodados, se ven afectados por el estrés, la ansiedad o la depresión. Con motivo del Día Universal del Niño, compartimos las conclusiones de un estudio que investiga la esencia de una infancia feliz.

Desde hace 20 años, la serie Report Card de UNICEF analiza y compara los países de la UE y la OCDE en materia de bienestar de la infancia. En su última edición Report Card-16. Mundos de influencia: ¿Cuáles son los determinantes del bienestar infantil en los países ricos? utiliza datos anteriores a la pandemia mundial. En los resultados, queda claro que en el bienestar infantil influyen las acciones y relaciones de los propios niños pero también las redes de contactos, los recursos de sus cuidadores, la escuela, las políticas públicas e incluso el contexto nacional.

¿Qué dicen los niños y niñas?

Empecemos con un dato positivo: la mayoría de los que han participado en el estudio se sienten satisfechos con su vida. Es evidente que esto es algo muy alentador pero hay otras realidades que debemos tener en cuenta para tomar conciencia entre todos.

A mayor apoyo, mayor bienestar mental

Las relaciones con la familia son esenciales durante toda la infancia y tienen mucho peso. A medida que crecen, los vínculos con las amistades también adquieren importancia El sentido de pertenencia a la escuela influye en la satisfacción vital.

El acoso escolar representa un problema grave

¿Sabías que el suicidio es una de las causas de muerte más habituales entre los adolescentes entre 15 y 19 años? También está conectado con un peor rendimiento escolar en la mayoría de los países y con efectos adversos en la salud mental y física de la víctima, que se prolongan hasta los 50 años. En España, la tasa de suicidio es del 2,6%, una de las más bajas de Europa.

Así se ven los niños y niñas

El modo en que perciben su cuerpo también repercute en su bienestar, especialmente en ellas. Las cifras indican que en 10 países, más de 1 de cada 3 niños padece sobrepeso u obesidad. En términos generales, suelen creer que están demasiado gordos (29%).

En nuestro país, 1 de cada 3 niños y niñas de entre 5 y 19 años tiene sobrepeso u obesidad.

La era digital

Según este estudio, la relación entre bienestar y conexión digital no parece ser muy sólida. La clave está en el tiempo que pasan conectados y en el equilibrio. De hecho, el mayor grado de bienestar mental se da entre los niños que utilizan las pantallas menos de 2 horas al día.

Más juegos, más felicidad

Los niveles más elevados de felicidad sí se relacionan con tener más tiempo para jugar al aire libre. ¿El problema? Muchos niños han manifestado que en su barrio no hay zonas adecuadas para ello. Proyectos como La Ciudad de los Niños, creada por Francesco Tonucci, demuestran que pensar y organizar una ciudad desde las perspectiva de los más pequeños, es positivo para todos.

La filosofía que hay detrás del movimiento apuesta por dejar que expresen las necesidades que detectan en el entorno en el que viven. 30 años después de la primera experiencia de este proyecto, más de 200 ciudades de todo el mundo participan en una red que deja que los más pequeños tengan un papel activo en el gobierno para ofrecerles el espacio urbano que se merecen parajugar y crecersabiendo que los adultos también lo disfrutarán.

No les dejamos salir a la calle porque pensamos que la calle es peligrosa; yo estoy convencido de que la calle es peligrosa porque no hay niños en ella” Francesco Tonucci

Entornos saludables

Y todavía un apunte más. Los altos niveles de contaminación atmosférica siguen poniendo en peligro la salud física y mental de los niños, los más afectados.

Lo que es evidente es que el desarrollo sano de un niño influye en el bienestar de cualquier sociedad. Pero, ¿qué ocurre cuando vivimos una situación como la pandemia de la COVID?

Desde Tomando Conciencia, hemos analizado cómo ha afectado el confinamiento a los hábitos saludables y la gestión emocional de los niños y niñas. Nuestro estudio, que se basa en dos encuestas (una realizada en enero y otra en junio) analiza la respuesta de un total de 1200 alumnos de 18 escuelas de la ciudad de Barcelona y se centra en temas como la alimentación, el deporte, el descanso, la gestión emocional, el medio ambiente y la inclusión social.

¿Qué conclusiones hemos obtenido?

El punto de partida es que el confinamiento sí ha afectado a todos los encuestados pero, a pesar de la complejidad de la situación, se han podido constatar cambios tanto positivos como negativos en los hábitos de los niños y niñas. Próximamente, publicaremos un artículo que analizará a fondo este estudio pero os anticipamos varias tendencias que señalan los datos. Por ejemplo, ha habido una mejora en los hábitos de alimentación, a pesar de la disminución del número de comidas realizadas al día. Sin embargo, se detecta un empeoramiento en el uso de la tecnología, por razón de aumentar las horas de consumo de televisión y las de interacción con pantallas. También se ha sentido mayor bienestar emocional, que parece que puede ser debido a que los niños y niñas de la muestra, están menos expuestos a conflictos que puedan vivir fuera de núcleo familiar.

Hoy, que se celebra el Día Universal del Niño, es un buen momento para preguntarnos: ¿qué más podemos hacer para que todos los niños y niñas tengan una infancia feliz? Y es que como siempre, tomar conciencia es un primer paso pequeño pero es lo que hace que después haya grandes cambios.