El ingeniero alemán Sten Gustaf (1914-2006) quería ayudar al planeta. Impresionado por la cantidad de árboles que se talaban para fabricar bolsas de papel, se inventó las de plástico. Enseguida empezaron a producirse sin control ya que el método de Gustaf era muy barato pero lo que nadie imaginaba es que aquel avance se acabaría convirtiendo en una gran amenaza para el planeta.
- En el mundo, cada año, gastamos 5 trillones de bolsas de plástico: eso significa 160.000 por segundo.
- Cada persona utiliza más de 700 al año.
- No las usamos más de 12 minutos pero una bolsa puede tardar hasta 1000 años en descomponerse.
Pero, ¿por qué no les damos una segunda vida? ¿Y una tercera, cuarta y quinta? Las bolsas de plástico lo tienen todo para seguir siendo útiles más allá de una sola vez, ya que son muy duraderas y resistentes. Sin embargo, la mayoría se usan y directamente se tiran y menos del 1% se reciclan.
Seguro que habrás escuchado a alguien decir que “las bolsas tienen toda la culpa de la contaminación porque son de plástico” pero el problema es el uso que hacemos de este material, nuestros hábitos, nuestra falta de conciencia. Un problema global que acarrea muchos impactos en el planeta.
Más plástico que peces
El último informe monográfico sobre la contaminación en ecosistemas acuáticos de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) no es muy esperanzador. En él se confirma que unos 109 millones de toneladas de desechos inundan los ríos y lagos del mundo y 30 millones en los océanos.
No importa el lugar del planeta. El ser humano está contaminando los ecosistemas acuáticos con el plástico, un material que se rompe en trocitos en el agua poniendo en peligro la vida de peces y otros seres vivos. Ocurre que se comen esos trocitos pero no pueden digerirlo.
Sin olvidar las sopas de plástico, grandes concentraciones de basura que ni siquiera dejan ver el azul de los océanos. Los microplásticos son tan pequeños que hay especies de peces que las confunden con plancton.
El informe «Un Mediterráneo lleno de plástico» de Greenpeace también alerta de la situación y concluye que el 72 % de las basuras recogidas en las playas de este mar son plásticos.
¿Queremos océanos que tengan más plástico que peces medidos por peso? Si no cambiamos nuestros hábitos, esto es lo que podría ocurrir en el año 2050.
La solución a las bolsas de plástico
En España, desde el 1 de enero de 2021, ya no se ven las bolsas de plástico más gruesas (de 50 micras de espesor) en los supermercados. Están prohibidas según el Real Decreto 293/2018, un paso firme que hizo el Gobierno para evitar su consumo y prevenir el impacto negativo sobre el medio ambiente. Sí podemos encontrar bolsas compostables, las que se degradan biológicamente en plantas de compostaje o en compostadores domésticos.
Durante este tiempo, las alternativas más comunes que vemos son la bolsa de cartón y la de algodón pero, ¿realmente son más eficientes?
Por un lado, las de cartón requieren mucha energía y agua para su elaboración y siguen propiciando la tala de árboles. Por otro lado, para el cultivo del algodón se utilizan insecticidas y se producen grandes emisiones de dióxido de carbono.
Además, un estudio del Ministerio de Medio Ambiente y Alimentación de Dinamarca ha desvelado cuántos usos de una bolsa de papel o de tela son necesarios para igualar su impacto medioambiental:
Cuando son de papel 42 pero si son de algodón, 20.000.
Las bolsas no son sostenibles solo por el material del que están hechas sino por el uso que hacemos de ellas.
Si utilizamos estas bolsas una sola vez, aunque sean de papel o de algodón, seguiremos teniendo el mismo problema.
Por eso, la mejor opción es la que se puede reutilizar durante muchos años, porque estaremos contribuyendo a reducir la energía y los recursos necesarios para producir cada bolsa. Y cuando ya no puedas usarla más, entonces sí, recicla.
Una bolsa para guardar 5R
Reutilizar, reducir y reciclar cada bolsa. Tres pasos que son también las 3R de la ecología y a las que puedes añadir…
- La R de rechazar una bolsa nueva, a no ser que realmente la necesites.
- La R de reintegrar y transformar esa bolsa en otro objeto como una cometa para que los niños jueguen o incluso para relleno de cojines. En Internet hay muchos tutoriales para evitar que acaben en la basura.
Ahora ya son 5R y que son los pilares del zero waste, un movimiento que tiene como objetivo reducir la basura que producimos. Dicen que llevar una vida 100% zero waste es bastante complicado pero puedes empezar dando pequeños pasos, con las bolsas de plástico o con algunas de las ideas que te contamos en este artículo.
¿Ya tienes tu bolsa favorita?
El mejor residuo es el que no se genera. Por eso necesitamos tomar conciencia y reutilizar las bolsas que ya existen, sean de tela, cartón o de plástico, para no seguir produciendo sin límites.
Lo más curioso es que el hijo de Sten Gustaf, el ingeniero con el que empezamos este artículo, explicó en una entrevista que su padre ya reutilizaba las bolsas de plástico y siempre llevaba una doblada en su bolsillo. ¿Y si recuperamos su costumbre?