No ha sido casualidad. En plena Semana Europea de la Movilidad, Manel Villalante, director general de Estrategia y Desarrollo de Renfe, ha querido participar en esta entrevista y compartir sus reflexiones y anécdotas personales. Nadie mejor que él, si tenemos en cuenta que el ferrocarril es el medio de transporte más acorde con el modelo de desarrollo sostenible, por su bajo consumo energético, su capacidad para adaptarse a las fuentes de energía renovables y sus mínimas emisiones contaminantes de C02.
Pero, ¿por qué conocemos a Manel Villalante?
La respuesta es fácil: por la colaboración entre Renfe y Tomando Conciencia. Por una parte, desde Tomando Conciencia Schools, animamos a los alumnos a descubrir las ventajas del transporte público. Precisamente, el premio de uno de los retos que les proponemos es un viaje en tren a Port Aventura para toda la familia. Además, gracias a esta colaboración, hemos dado un paso adelante en nuestra estrategia: ahora también comunicamos temas como la higiene, el uso excesivo de los teléfonos móviles y el reciclaje a través de cápsulas en las máquinas de venta de billetes, los monitores de los trenes y la página web de Rodalies.
En este viaje conjunto que hemos iniciado, podemos hacer que los hábitos de vida saludables y sostenibles lleguen a mucha más gente: el propósito que une a Renfe y Tomando Conciencia.
Durante la entrevista, nos hemos bajado en distintas estaciones: la estación de la sostenibilidad, para conocer la estrategia de la compañía en los próximos años o en la de la infancia, para recordar la importancia de que los niños crezcan cogiendo el tren. Si quieres acompañarnos en este trayecto, te dejamos un extracto de la entrevista y te recordamos que la puedes ver completa en nuestro canal de IGTV.
¿Cuáles son los objetivos del Plan Director de Lucha contra el Cambio Climático?
Dejar de emitir 10 millones de toneladas en 2030 de Gas de Efecto Invernadero, básicamente dióxido de carbono. Para ello, hay varias líneas de trabajo. Una es el cambio modal. Nosotros somos un transporte menos emisor para el medio ambiente respecto al avión y el coche; por lo tanto, cuanta más gente vaya en ferrocarril, más bajarán los ratios del conjunto del país, de las ciudades. Otro tema es el de la eficiencia energética. No solo hemos de buscar nuevos combustibles sino que hemos de hacer que lo que esté rectificado consuma menos porque claro, la electricidad se genera en algún punto. Por ejemplo, la eficiencia en el frenado, en el frenado regenerativo que nos permite recuperar entre el 10% y el 30%, depende del tipo de línea y todo lo que recuperamos lo devolvemos a la red. El uso de nuevos combustibles y luego sobretodo, crear una mayor concienciación. Ahora, por ejemplo, los billetes te dicen “el impacto de la huella de carbono es tanto”. Ese es nuestro objetivo. Es un cambio tecnológico, los nuevos trenes son mucho menos contaminantes, son electrificados, por supuesto. Pero además, son mucho más eficientes energéticamente. Las infraestructuras también e incentivamos el cambio modal. Y además, esto lo hemos de poner en un contexto de mayor conciencia ambiental. Estos son los grandes ejes. El plan tiene unas 70 medidas y lo hemos puesto en marcha. Funciona y hay un equipo responsable. Yo creo que vamos avanzando, por lo tanto cubriremos los objetivos, sin duda.
Nuestro objetivo es conseguir un cambio tecnológico y un cambio modal.
¿Es necesario evolucionar con el AVE low cost?
Nosotros tenemos la red de alta velocidad más extensa de Europa y la segunda del mundo, después de la china que juega en otra división, digamos. Pero no tenemos la red con más usuarios de alta velocidad de Europa, que debería ser proporcional a los km y desgraciadamente no lo es. La red francesa tiene casi el doble como bien has dicho tú, de usuarios. Por lo tanto, hay que darle mayor utilización. Por eso, nosotros planteamos, “democratizar” el uso del AVE. La competencia no la vemos mal, en absoluto, no sólo por disciplina, porque es una decisión europea y que el gobierno español ha asumido. Además, creemos que es un acicate, es un vector de cambio aquí dentro de la compañía y porque va a traer más gente al ferrocarril. El objetivo de la liberalización es, no que haya más trenes, sino que haya más gente que vaya en tren. Eso la competencia lo incentiva y este aspecto es bastante positivo. Nosotros estamos preparados para competir en todos los segmentos. Tenemos un producto de calidad contrastada, mucho mejor que el de otros países. Nos faltaba cubrir este segmento que abarca jóvenes, familias, no actividad directamente asociada al business que se da crecientemente en nuestra red de AVE pero que tiene el inconveniente de no haber tarifas más competitivas respecto al avión. Eso es el AVE low cost.
¿Cómo se crea el ferrocarril del siglo XXI?
El ferrocarril del siglo XXI no empieza cuando uno llega a la estación. Empieza cuando uno piensa que ha de coger el ferrocarril. Hemos de ir a buscar a la gente a su casa, no en tren, pero en algo que le lleve al tren. Ahora hemos conseguido tener el cine en casa o los hoteles en el móvil. Hemos de tener el tren en casa. Llevar el tren a casa quiere decir crear toda una cadena que en el universo digital, en teoría es muy fácil, pero la verdad es que es bastante complicado organizativamente. Ese es el gran reto. Por descontado que contamina menos, sí, pero además ha de ser atractivo, funcional económicamente. Es decir, no hemos de dejar sin cubrir alternativa al transporte público a nadie y hemos de dejar a todo el mundo sin excusas para no cogerlo.
Los niños son el motor de cambio de muchas familias.
¿Deberían viajar los niños en tren?
Que los niños suban al tren es el vector de transformación más positivo. Es decir, yo siempre pienso que la mejor campaña para concienciar a unos padres es cuando los llevas detrás en el coche y te empiezan a decir “¿por qué corres tanto” o “¿por qué te distraes?”. Como han crecido de una forma más libre y mucho más concienciada ante los problemas, yo pienso que todo lo que puedan ellos contribuir a todo lo que llamamos sostenibilidad, en el conjunto del reciclaje, pasa en todo, también en el transporte público, sin duda, sí. Los niños son el motor de cambio de muchas familias. Por lo tanto, es importantísimo. Yo creo que las campañas que hacemos para promocionar los viajes en tren de los escolares, las visitas a talleres, fábricas, trenes… Poderlos ver, tocar, creer en el transporte público… que hacemos todas las compañías, eso es importante. No solo cambian los niños cuando se suben al tren sino que ayudan a cambiar el comportamiento de los adultos, sin duda.
¿Cómo afecta la COVID al tren?
No se ha constatado, en ningún país, que haya habido contagio de una cadena producida en el transporte público. Desgraciadamente, todos son en celebraciones familiares, fiestas… es decir, en el uso social de nuestras vidas. Deberíamos hacer que la gente lo entienda o lo perciba. Si la COVID, además de lo que nos está causando, nos deja un cambio y volvemos a retroceder en el uso del coche, se habrá cargado la salud más allá de cuando haya aparecido en nuestras vidas o esté controlado, o sea, una enfermedad común. Es que eso no nos lo podemos permitir. El riesgo 0 no existe aquí ni en nada pero estamos más cerca del 0 que del 1. Ahora bien, ¿qué hay que hacer? Pues sobre todo, que la gente lo conozca, lo sepa, porque en cualquier caso, es imposible plantearse un futuro en el que consolidemos un modelo y el transporte público dé miedo.