Es curioso. Buscamos la felicidad a lo largo de toda nuestra vida. Nos dicen que hay recetas para alcanzarla. Incluso se hace un ranking para saber cuáles son los países más felices del mundo. España, por cierto, estaba en el número 30 en la última edición del índice de la Red de Soluciones para un Desarrollo Sostenible. Pero, con motivo del Día Mundial de la Alegría, nos hacemos una pregunta: ¿y si nos estamos perdiendo esta emoción por el camino?
El filósofo francés Frédéric Lenoir, en su libro El poder de la Alegría, afirma: «La alegría no se encarga, se invita a sí misma» y citando al escritor Mathieu Terence, añade: «La alegría exige un clima favorable: estar dispuesto a abrir el corazón, aceptar nuestra propia vulnerabilidad y correr el riesgo de vivir plenamente». En el capítulo Llegar a ser uno mismo, Lenoir insiste en que la alegría «no está ligada a una causa exterior» sino interior. Por lo tanto, para reconocerla, es necesaria la instrospección, viajar hacia dentro y desprenderse de lo que ha sido impuesto desde el exterior.
Nunca es tarde para probarlo. El modelo y actor Andrés Velencoso lo ha hecho durante este confinamiento. No han sido momentos fáciles, ni para él ni para nadie, pero precisamente por ello, ¿no nos merecemos sentir la alegría en las pequeñas cosas de la vida? Beethoven le compuso un himno, musicalizando el poema de Friedrich Schiller, y nosotros, le dedicamos esta entrevista.
Desde el primer instante, Andrés Velencoso dijo que sí a colaborar con nosotros y eso que acababa de conocer nuestro proyecto: Tomando Conciencia. Cuando empezamos a hablar, le volvimos a recordar que la entrevista se vincularía a la alegría e instantáneamente, al escuchar esa palabra, se dejó llevar…
Andrés: La gente suele confundir la alegría con la felicidad, pero la alegría es un estado y la felicidad es más profunda, está más en la esencia. Pero está claro que tenemos que celebrar el Día de la Alegría.
Tomando Conciencia: Incluso aunque estemos en un contexto totalmente anormal por la COVID-19. Cuéntanos, ¿cómo ha sido el confinamiento para ti? ¿Qué lecciones has aprendido?
Yo he tenido mucha suerte por haberlo pasado en familia, en Tossa de Mar, y ningún familiar se ha enfermado. Lo que más me ha ayudado y fastidiado, al mismo tiempo, ha sido el hecho de quedarme quieto durante casi 90 días en el mismo lugar. Pero también necesitaba tomarme una pausa para mirar hacia dentro y hacerme preguntas. Así que ha sido bastante enriquecedor y sigue siéndolo.
También has podido promocionar, a través de una pieza audiovisual, tu pueblo natal.
Sí, fue un encargo del ayuntamiento de Tossa de Mar. La campaña se titula “Retroba’t amb Tossa” (Reencuéntrate con Tossa), aunque se refiere más al hecho de reencontrarse con esas pequeñas cosas de la vida. El vídeo es un pequeño viaje desde mi infancia hasta mi yo adulto. Un viaje que he podido volver a hacer estos meses.
Andrés se toma un respiro y continúa:
Hemos empezado hablando de cosas muy intensas, ¿no? Pero son sensaciones reales y ese camino de la introspección es lo que he podido reflejar en este vídeo, en otros que he subido en mis redes y en algunas fotografías que he compartido y que guardaba en un armario porque antes me daba miedo. También me puse a escribir un corto para un cliente, he recibido más ofertas de trabajo porque la gente ha consumido mucho contenido y voy a comenzar a grabar la serie Élite en agosto.
Así que has tenido tiempo para pensar en ti, sacar proyectos que a lo mejor tenías en un cajón y compartir tu manera de ver las cosas. Eso requiere un punto de valentía.
Claro, ¿por qué no las puedo compartir y decir cómo me siento? Es parte de mi vida. Los amantes de la fotografía, los que somos amateurs, la utilizamos para comunicar algo. A mí me encanta hacer retratos y mezclarlos con momentos. Tengo muchos momentos con amigos y por qué no sacarlos a la luz. A través de las redes sociales o de los directos, la gente ha podido conocer otra parte de mí e incluso a mis amigos.
Mi sueño no era ser modelo: era viajar y conocer el mundo.
Seguimos en Tossa. Durante muchos años, tú estuviste estudiando y trabajando en el restaurante de tu padre. Todo lo que aprendiste esos veranos, ¿te resultó útil para tu futuro?
Por supuesto. Mi madre viene de un pueblo de Jaén, Benatae, y allí estaban acostumbrados a comer lo que se recogía en el día. Mi padre vivió lo mismo. Los dos han trabajado muy duro. El hecho de venir a la Costa Brava, fue como encontrar una vía de escape y una forma de dar un futuro a su familia. Así que esto te ayuda a valorar quién eres, de dónde vienes y admirar todo su esfuerzo. También ha forjado mi carácter. Soy un currante, no me gustaba trabajar en el restaurante de mi padre, no te lo voy a negar. Me costaba mucho levantarme por las mañanas y me preguntaba por qué no podía estar en la playa como los demás pero, por otra parte, esa experiencia me despertó las ganas de conocer el mundo. La gente que llegaba al restaurante era de otros países y yo siempre me preguntaba cómo serían sus vidas y sus culturas. Con 15 o 16 años, ya tenía claro que quería conocer el mundo. Era el motor que me movía.
Y aunque estudiabas turismo, decidiste dejarlo y perseguir tu sueño: la moda.
Bueno, la moda no era exactamente un sueño. Era una forma de desligarse económicamente de mi padre y poder buscar mi propio camino. Mi sueño no era ser modelo: era viajar y conocer el mundo.
Pero para eso también hay que ser valiente. Tan solo tenías 20 años.
Valiente, inconsciente… Llámalo como quieras.
Y cuando llegas a Nueva York, ¿es verdad que pasan 2 o 3 años hasta que ya te aseguras una carrera como modelo?
Primero había estado en Milán, haciendo un par de proyectos. En París me fue mejor pero yo quería ir a EEUU y, en concreto, a Nueva York. Me contrataron en una agencia y empecé a ganar un poco de dinero. Piensa que hice 3 o 4 trabajos en un mes, que ya era bastante. Entonces volví para hacer la temporada en el restaurante de mis padres aunque tenía claro que iba a regresar a NY. Y así fue. Estuve viviendo con un chico con el que estuve hablando ayer, precisamente. Fue mi segundo roommate. Era de Chicago, informático, muy judío y muy gracioso. La gente que he conocido en los primeros años de mi carrera se han hecho muy amigos míos.
¿Tienes alguna derrota que quieras compartir?
Bueno, derrotas hay continuamente. Es como si los niveles de pantalla fueran pasando y aunque a veces se complican, se trata de seguir luchando para ser mejor. En aquella época, el idioma era una barrera. Hasta cierto punto, tenía su gracia que no me entendieran pero después, cuando intentaba avanzar un poco y no había comunicación, era frustrante. Sin embargo, ahora me doy cuenta que estaba viviendo el presente y disfrutando del día a día. Fue una época maravillosa.
Derrotas hay continuamente. Es como si los niveles de pantalla fueran pasando y aunque a veces se complican, se trata de seguir luchando para ser mejor.
¿Cuándo fue la primera vez que te preguntaste si eras feliz?
La verdad es que esa pregunta no me la hacía pero sí sé que era muy feliz en aquella época. De hecho, esto me lo pregunto desde hace más bien poco y con más frecuencia durante este confinamiento.
Como mucha gente, seguro. Ha sido una etapa para plantearnos qué hacemos con nuestras vidas y tomar conciencia.
Sí, tomar conciencia, qué bien viene esta expresión. Es que la felicidad se trabaja. Uno tiene que ser feliz consigo mismo. Esa es la clave. Lo explica muy bien Borja Vilaseca cuando habla del desapego. Pero bueno, son temas tan complejos y tan personales y te lo han explicado tan bien otros invitados, que yo me quedo un poco corto.
Las personas tendemos a proyectar la felicidad en otros.
Sí, ocurre en las relaciones, por ejemplo.
O incluso con los amigos, aunque esto sería otro tema. Sigamos hablando de alegría, Andrés. ¿La suerte ha tenido un papel importante en tu carrera o a la hora de hacerte feliz?
En mi felicidad, no. En mi carrera, no te voy a negar que ha habido momentos muy curiosos con coincidencias que se podrían llamar suerte. Por ejemplo, cuando yo empezaba a trabajar, un fotógrafo me vio, me sacó unas fotos y lo demás fue historia. ¿Fue suerte? ¿Fue cosa del destino? En lo que no creo es en la suerte de la felicidad.
Ahora soy más consciente de no dejar que las cosas externas me afecten tanto o de que mi ego no domine los pensamientos.
Hay que salir a buscar la suerte y cuando estás en proyectos que tu corazón o cabeza creen que son correctas, es cuando aparece.
Hay que mover energías. Hay etapas para estar más contigo y mirar hacia dentro y otras para pasar a la acción y mirar hacia fuera. En mi caso, yo fui a buscar la suerte. Si me hubiera quedado en Tossa, no sé qué habría pasado. Llamé a la puerta de una agencia de modelos de Barcelona, me fui a Milán, dejé la carrera y todo esto, contradiciendo a los que decían que era muy pronto para ir a NY. Al final, era lo que quería. Llámalo valentía, inconsciencia, búsqueda de sueños o de nuevos retos, que es algo que siempre me ha gustado.
Ahora estás en un momento dulce, ¿no? Puedes elegir los trabajos por tu madurez.
Más bien por la experiencia, sobre todo en moda. Como actor no te puedo decir lo mismo porque casi que acabo de empezar y tampoco quiero ser protagonista de una serie ni busco un papel concreto. Vamos escogiendo en función de si creemos que el proyecto puede tener proyección o yo puedo crecer como actor, como en el caso de la película La lista de los deseos o el papel secundario que haré en Élite. También rodaré otra película pequeña en agosto y será un papel pequeño. En moda es distinto porque intento escoger y respetar la marca porque al final, es lo más real.
Suele pasar en las conversaciones naturales y espontáneas que se cambia de tema de forma inesperada. Y ahora, Andrés nos lleva de compras.
Andrés: Por cierto, hoy he ido al súper y había unos aguacates que estaban sueltos y otros que venían envueltos en plástico y que se veían más bonitos (aunque no porque tengan mejor aspecto, quiere decir que tengan mejor sabor). Entonces, me preguntaba que, si las bolsas de la tienda son 100% reciclables, ¿por qué no hacen reciclable todo el envoltorio que tienen estas verduras?
Tomando Conciencia: Buena reflexión. Hay varias políticas de sostenibilidad dependiendo del lugar pero todavía estamos en el inicio de una revolución. En Lidl, por ejemplo, las bolsas están prohibidas desde hace tiempo y te ofrecen varias alternativas para el packaging. Está claro que los que tienen más presión son los fabricantes y los puntos de distribución.
Andrés: A mí me ocurre que a veces, por comodidad, he pecado. Siempre quiero poner el granito de arena, claro. Yo intento apostar por la verdura y fruta de km0, comer muy poca carne, tomar leches de avena… Cuando estoy en casa y tengo una rutina, reconozco que es más fácil.
Pero al final, tanto para la alegría como para el resto de hábitos, los pequeños gestos hacen que la sociedad cambie.
Sí, no somos nosotros los que nos adaptamos a los fabricantes, es al revés. Mira, por ejemplo, en este confinamiento, he encontrado un sitio que vendían verdura de km0 y he comprado cosas que me traían cada semana pero claro, no es tan barato.
¿Sabes que hay estudios pre-Covid que afirman que un 40% de los consumidores pagarían un poco más si el packaging es biodegradable y responsable con el planeta?
Curioso, será interesante ver qué pasa ahora.
¿Nos podrías decir un alimento que te hace feliz?
El arroz. Me gusta de cualquier manera. Desde “el arroz de enfermo”, con su hojita de laurel, hasta los más picantes. ¿Has estado en Japón? Me fascinan las bolas de arroz que te ofrecen para desayunar en una caja. Están calientes, vienen con algas, rellenas de pollo, carne, salmón… Yo puedo hacer muchos km para comer arroz.
¿Y por qué?
Es una mezcla de sensaciones. En parte porque me lleva a las paellas que hacía mi madre y mi tía en la infancia pero también porque es una forma de descubrir costumbres y ver cómo lo cocinan en India, Japón, Tailandia o África. También en Irán, hacen un arroz con mantequilla crujiente que es alucinante.
Con el tiempo, he aprendido a saber qué le sienta bien a mi cuerpo y ahora, tomo conciencia de lo que me como.
¿En tu día a día llevas una dieta saludable? ¿Cuándo entendiste que comer bien te hacía sentir mejor?
Primero fue por estética. Empecé a no comer grasas ni productos lights, que son veneno puro, y me veía mejor. A partir de ahí, aprendí qué es lo que me sentaba mejor y fui adaptando mi dieta. Te podría decir que desde hace 10 años, más o menos, tomo conciencia de lo que me como.
Pero habrá algún alimento que no puedas perdonarte aunque no sea saludable.
Bueno, el chocolate me encanta y algunos son muy sanos. También si estoy en Argentina y me hacen un asado, no puedo decir que no.
Ni tú ni nadie. ¡Fijo! Hablemos ahora de las redes sociales. ¿Cómo te comunicas tú? ¿Qué quieres transmitir más allá de tu trabajo?
Es complejo. Es un amor-odio. En este confinamiento, he estado muy activo. Las he utilizado para acompañar a la gente y mostrar una parte de mi día a día. Estando en Londres, si no tengo contenido, no subo nada. También intento ayudar a las marcas de las que soy embajador. Así que tengo una lucha interna. Quiero hacer más cosas como esta porque pienso que pueden ayudar a la gente.
En este confinamiento he sido bastante honesto. Me gustaría utilizar más esta palabra en mi día a día.
Andrés, déjanos recordar que te has ofrecido a colaborar en esta entrevista casi sin conocernos. Además, nuestro proyecto es pequeño, está creciendo pero tú te brindaste porque quisiste. Y realmente fue así: tenemos una amiga en común que nos puso en contacto y dijiste: “cuando quieras hablamos de la alegría y de lo que sea”. Esto también es ser honesto.
Sí, cuando me planteaste la posibilidad y me explicaste el proyecto, me gustó. Pienso que es bonito, porque se hace desde el corazón y es muy interesante así que, ¿por qué no darlo a conocer? No podemos quejarnos, estamos hoy aquí compartiendo algo para ayudar a la gente. Somos unos afortunados.
Totalmente. La última pregunta. Imagina que una persona ha tenido un mal día. ¿A qué lugar te la llevarías para que fuera feliz?
¿Pero vamos juntos?
Eso ya, te lo dejo a ti.
Escuchar es una de las grandes virtudes que no todos tenemos desarrolladas. Yo el primero. Así que más que llevármela o traerla a un lugar, prefiero tenderle la mano. Eso es maravilloso.
Sin lugar a dudas. Y también podría ser un momento de alegría. Así terminamos una entrevista que puedes veren nuestro instagram, en formato vídeo. Una vez más, gracias a Andrés Velencoso por su disponibilidad, honestidad y entusiasmo.
Feliz Día de la Alegría a todos,