Carlos Grau, CEO de Mobile World Capital Barcelona.
Para Carlos Grau la tecnología es un vehículo para hacer los sueños realidad. Hoy hablamos con él a propósito del Día Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información que tiene lugar el 17 de mayo, de cómo tecnología y comunicaciones han ayudado a mantener la actividad mundial durante la crisis vivida este último año y de la importancia de la inclusión digital para avanzar hacia un futuro mejor, para las personas y para el medio ambiente. Puedes ver la entrevista completa en nuestro IGTV para saber más sobre el humanismo tecnológico.
En estos últimos meses la tecnología ha puesto de manifiesto una nueva manera de trabajar, ¿el teletrabajo nos ha cambiado la vida?
“Ahora, muchas de las decisiones las puedes tomar con algo que tienes en la mano y puede acompañarte en cualquier momento, sea para acceder a información, para realizar actividades, para firmar documentos… Para mí, lo de poder hacer desaparecer los cartapacios de papeles de contratos que antes firmabas manualmente ha sido un salto importante.
El Premio Nobel de Economía, Christopher Pissarides nos decía hace unos días que esta manera de hacer ha venido para quedarse. Creo que hemos visto las grandes ventajas que nos puede permitir el trabajo flexible. A mí me gusta más hablar de trabajo flexible que de teletrabajo: conciliación familiar, mayor productividad, menor consumo y emisión de gases en los traslados que hacíamos… Poder incluso personalizar y entrar en los hogares. Que los empleados entren en tu hogar convierte la relación en algo mucho más personal”.
Y en la educación, ¿qué impacto está teniendo la tecnología?
“La tecnología también nos puede ayudar en el reciclaje, en la actualización. El cómo utilizamos estas herramientas también para ponernos al día de una manera que no nos obliga tener que ir presencialmente a cursos formativos. Evidentemente es bueno verte con tus compañeros, el trabajo en grupo, las discusiones… Pero cada vez más vemos que el futuro de las universidades, esas grandes masterclass, va a ser online. Y la parte presencial que vamos a tener es la del trabajo en equipo, la interacción, los debates, la tutorías, las sesiones de mentoring con el tutor… Cosas mucho más personalizadas que requieren esa interacción humana. Pero las grandes cápsulas de contenido van a estar digitalizadas y van a estar online. Eso va a cambiar la estructura de nuestros centros formativos en el futuro. Son cosas que pasan y que hay que aprovechar”.
¿Qué es lo que nos espera, a nivel tecnológico, en un futuro próximo?
“Veremos cosas que nos parecían de película de ciencia ficción. Que no puedo ir a la reunión: pues me voy a transportar como un holograma y los compañeros que estén en la sala prácticamente no van a saber diferenciar si el yo que está ahí es mi holograma o soy el yo real, físico. Vamos a ver, cada vez más, aplicación de figuras holográficas en muchos escenarios: en conciertos, en conferencias, en quirófanos… Yo creo que ahora mismo viene el gran boom de esas aplicaciones que veíamos en el mundo de los videojuegos, muy inmersivas en 3 dimensiones, llevadas al mundo de las aplicaciones en educación y sanidad”.
¿Ciencia y tecnología son la combinación para hacer frente a la crisis que estamos viviendo?
“Hemos visto cómo las limitaciones de movilidad han puesto a la ciencia y la tecnología en el centro. Cómo las compañías farmacéuticas han trabajado en un tiempo récord. Antes tardábamos 5 o 10 años en lanzar una vacuna y ahora se ha reaccionado aprovechando investigaciones que se estaban haciendo sobre pandemias. Se ha aprovechado muchísima de esta información, se ha puesto el foco y priorizado recursos 7×24 para lanzar en tiempo récord vacunas que están demostrando resultados espectaculares para el tiempo en que han salido. Otra de las cosas que nos hemos dado cuenta es lo importante que es la ciencia, la investigación y el desarrollo. Lo importante que es invertir en investigación y desarrollo. Y lo importante que es favorecer que esa investigación y desarrollo se transfiera a la sociedad lo antes posible, que no quede simplemente en publicaciones”.
Pero la tecnología también puede ayudar para un futuro más sostenible…
“Yo creo que tenemos que sacar conclusiones muy positivas para el futuro porque, tras la pandemia, nuestra sociedad y nuestra economía van a cambiar. Y hay cosas del aprendizaje de este último año que creo que nos van a ayudar. El foco en la nueva Europa: mucho más sostenible y digital, con los mensajes que nos da la presidenta de la Unión Europea. Yo creo que, para Europa, es una oportunidad enorme de ser referente en estas áreas en digitalización y sostenibilidad. Yo creo que tenemos que aprovechar todos los europeos para dar un salto en estas áreas y marcar referentes porque todo el mundo nos está observando, cómo reacciona Europa y qué va a hacer”.
Entonces, ¿tecnología y cambio climático van de la mano?
“Cómo la tecnología puede ayudar a mitigar los efectos del cambio climático. Cómo la tecnología ayuda y puede ser eficiente a la hora de optimizar las cadenas de suministro, minimizar los impactos del consumo en transporte, aplicar lógicas que nos permitan optimizar procesos y servicios. La verdad es que la tecnología puede ayudarnos a combatir esa emergencia climática que tenemos para un futuro más sostenible”.
¿Crees que la forma de actuar está cambiando?
“Cada vez más está en la agenda de nuestra sociedad que ya no vale conseguir los resultados que habías prometido a cualquier precio y que los criterios éticos del cómo lo has hecho es fundamental. Creo que debemos priorizar que ahora mismo tenemos una hoja de ruta en nuestro planeta con objetivos de desarrollo sostenible en todas nuestras organizaciones. Es importante ver cómo ayudamos y contribuimos cada uno de nosotros en esos objetivos de desarrollo sostenible si queremos dejar un mundo mejor para nuestros hijos. O dejar un mundo que dé oportunidades a todos, a nuestros hijos y a nuestros nietos. Y eso requiere sensibilidad con el tema climático, con el tema de consumo de alimentos, con los temas de solidaridad, con el tema de ayudarnos, con el cuidado de los demás, con la empatía, contribuir a tener un futuro más sostenible”.
Por lo tanto, los objetivos y roles dentro de una organización o empresa también están cambiando…
“Creo que es fundamental que si tienes salud, tienes un buen trabajo y tienes posibilidades de ayudar a tu sociedad, tienes que dedicar un cierto tiempo a voluntariado y a acciones sociales. Da lo mismo que sean digitales que no digitales. Yo creo que eso está en el adn. Y creo que hay nuevos roles. Ahora mismo en la fundación estamos dándole vueltas, con el director de talento, a nominar un chief happiness office, una persona que la función sea cuidar el clima, los empleados, cuidar a la gente para que sea feliz. Lo importante que es tener a la organización con felicidad, porque el nivel de implicación emocional de la plantilla con los proyectos es brutal, el nivel de compromiso, el nivel de productividad se dispara”.
Dices que uno de los objetivos de la fundación es transformar Barcelona en la capital del humanismo tecnológico. ¿Qué es y por qué Barcelona?
“Barcelona porque podemos aprovechar la capitalidad tecnológica para hacer la capitalidad del humanismo tecnológico. Tenemos ese liderazgo mundial gracias al liderazgo tecnológico y al mayor congreso y punto de encuentro mundial de tecnologías móviles. Ese liderazgo tecnológico sin duda lo tenemos asumido, es el mayor evento, y ahora mismo lo importante no es la tecnología en sí, sino cómo la tecnología ayuda a la mejora de calidad de vida de las personas. Tenemos cuatro ejes: el de la inclusión digital, el de cómo la tecnología ayuda a mitigar los efectos del cambio climático, el de cómo podemos anticipar los trabajos del futuro y los trabajos de la plataforma para proteger a nuestros trabajadores con una mayor flexibilidad y una mayor cobertura y, por último, el futuro de los derechos digitales con foco en los datos y en la ética. Se dan todas las condiciones de contexto para que sea nuestra ciudad la que aprovechando esto, este liderazgo tecnológico, dé ese salto”.