Si fuéramos alumnos de la escuela francesa de ingeniería 42, tendríamos acceso a sus aulas llenas de ordenadores las 24 horas del día los 365 días del año. Podríamos entrar y salir cuando quisiéramos, porque no existen los horarios. Tampoco nos pedirían un título para acceder porque no creen en ellos. Sí creen en las ganas de aprender y bajo esta filosofía, han creado la escuela del mañana. Totalmente gratuita y accesible a partir de los 18 años. Una aventura sin lecciones ni normas que busca dar rienda suelta a la creatividad para despertar el talento de los jóvenes que participan.
Si ahora fuéramos estudiantes de una clase de la escuela noruega Ringstabekk, no tendríamos clase de matemáticas o lengua. El modelo de enseñanza ha dado un giro en el país a partir de este ejemplo. Aquí, todas las materias se enseñan a la vez y el punto de partida siempre es un fenómeno actual como los desastres naturales, las especies en peligro de extinción o la situación de la vivienda. El método, en realidad, es sencillo: ser conscientes de la realidad para buscar soluciones.
Hay muchas formas de educar. No todas con libros. A veces, ni siquiera se necesitan palabras. Nuestro primer embajador del año, el maestro César Bona, llegó a una escuela de un pueblo de tan solo 269 habitantes. Los seis alumnos tenían entre cuatro y doce años pero no se llevaban bien. Tampoco sus familias. Así que a César se le ocurrió rodar un cortometraje mudo que los implicase a todos y, aunque parecía imposible, la película se estrenó en la plaza del pueblo y ganó dos premios: el CreArte del Ministerio de Cultura por el estímulo de la creatividad, y otro en el Festival Internacional de la India de Cine para Niños.
Por cierto que, la forma de enseñar de César Bona le ha convertido en uno de los mejores maestros del mundo, según el Global Teacher Prize. Casi nada y eso que confiesa que lo único que hace es pasárselo bien en clase. Para César Bona, educar es invitar al compromiso social de los alumnos, estimular su creatividad, su curiosidad, contagiar entusiasmo, trabajar con padres, niños, madres y administraciones locales, tener la mente abierta… y sobre todo, dejar que sean niños. Niños que también pueden educarnos. En eso consiste un cambio en el sentido de la educación, algo de lo que él es muy partidario.
Descubre más sobre el sentido de la escuela en nuestra entrevista con Eduard Vallory, presidente del Centre Unesco de Catalunya.
¿Qué es educar?
El 24 de enero se celebra el Día de la Educación, una jornada para reconocer su valor como pilar del bienestar humano y desarrollo sostenible. Según la ONU, 262 millones de niños y jóvenes siguen sin estar escolarizados en el mundo. El derecho a la educación sigue viéndose afectado por muchas barreras como la pobreza. Pero, también en las sociedades más avanzadas, en las que parece que la educación goza de un buen estado de salud, hay una barrera que dificulta su avance: la mentalidad de los adultos.
Si queremos que la sociedad cambie, debemos empezar por involucrarnos más en la escuela y ser conscientes de que todos educamos.
Para César Bona, educar es dar herramientas para la vida. Por eso, no solo educamos con libros. También educamos dialogando con los niños, fomentando la cooperación, compartiendo emociones, haciéndoles formar parte de la sociedad. Ahora más que nunca, no podemos olvidarnos de mirar por la ventana.
Y entonces, al asomarnos, veremos que vivimos en una sociedad llena de diferencias y matices. Si conseguimos que esas diferencias no se conviertan en desigualdades y aprendemos de cada uno de nosotros, creceremos todos como sociedad.
La vida nos está dando una oportunidad para repensar la educación y plantearnos cómo queremos educar. ¿Cómo podemos llegar a todos los niños y niñas? ¿Cómo hacemos que participen más? ¿Todo lo que les damos es esencial para la vida? ¿Cómo les educamos tomando conciencia?
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GRACIAS, FINLANDIA: LO QUE PODEMOS APRENDER DEL SISTEMA EDUCATIVO DE MÁS ÉXITO
El autor, Xavier Melgarejo, responde a muchas de las preguntas que nos hacemos sobre el sistema educativo español y analiza el caso de Finlandia, cuyos alumnos destacan como punteros en comprensión lectora, dominio matemático y conocimientos científicos. De una forma clara y sencilla, invita a todos los ciudadanos a recorrer un camino para conseguir una educación de calidad y excelencia.